Lamentablemente Soy Un Humano Más.
- Eduardo Brockman
- 9 sept 2020
- 1 Min. de lectura

En medio de las tinieblas nocturnas,
me regocijo en mi melancolía,
recordando placeres del ayer
y fantaseando en vivencias de un tal vez mañana.
Me empiezo a sentir vacío,
algo en mí se está drenando
¿será la falta de cariño?
o ¿el ya no escuchar de tu boca
un sincero “Te Amo”?
No me pierdas,
te lo advierto desde ya.
He notado que si no tomo el timón,
este barco se hundirá.
Me llevas a un naufragio,
a la isla de la incertidumbre
donde el día es azul
y las noches lúgubres.
Te ausentas,
te esfumas,
viajas a tu galaxia suprasensorial
para olvidar tus penas,
y (creo yo) que una de ellas
es este idiota que te escribe.
No me olvides,
te lo advierto desde ya.
Pues un “buenos días” ya no me bastará.
No me reclames,
te sugiero,
por este acto impetuoso
de mis sentimientos expresar.
Haz sembrado en mi
la cosecha de la inestabilidad.
Te amo,
lo sabes bien…
Pero no hablo con una pared.
A pesar de que me apasione el maltrato consensuado
la indiferencia inocente
el control placentero,
lamentablemente soy un humano más…
Con ganas de sentir
ganas de ver
de oír
que soy importante,
necesario o indispensable
para alguien más (vos).
¿Qué esperabas?
Mi posición sentimental sigue igual para con vos
pues soy una planta en tu jardín,
pero que has olvidado regar.
No me dejes mucho tiempo en la sombra
o demasiado en el sol.
no me hables por las mañanas
o cuando quieras uno de mis frutos,
Atiéndeme,
pues necesito de tu amor.
No te refugies en tu ya obsoleto pregón
“Yo no soy muy así”
cuando también pides fervientemente
un trato a como lo estoy pidiendo yo.
Pues…
Lamentablemente soy un humano más.
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